¿Te sientes observada?
¿ Qué es la gymtimidation?
Laura 35 años
Ella es una mujer trabajadora
y madre a tiempo completo, que lleva muchos tiempo buscando el momento
apropiado para hacer ejercicio. Finalmente, decidió apuntarse en un gimnasio
convencional muy cerca de su oficina. A priori, justo lo que ella necesitaba...
Se propuso empezar
el lunes, como la mayoría. Por eso, el fin de semana se ocupó de comprarse la
vestimenta apropiada para la práctica deportiva. ¡Se sorprendió al descubrir la
cantidad de modelos de equipos deportivos que existentes en el mercado...
Y de todos los
colores!!!
Después de la espera
con tanta ilusión, durante todo el fin de semana... Por fin llegó el lunes, y, tal como lo había programado en su mente,
después de salir del trabajo, se dirigió al gimnasio. Ya al entrar se cohibió
un poco al sentirse observada por los que ocupaban las cintas de correr y bicicletas. Pero lo peor fue cuando salió
del vestuario con su nueva indumentaria: sintió que muchas miradas se clavaban
en ella.
La situación empeoró
al acercarse a una de estas cintas de correr. La programó para 20 minutos pero
en el minuto 10 se dio por vencida. Se dirigió al vestuario y salió huyendo:
"¡esto no es para mí". Lo que ella no sabía era que se había
convertido inconscientemente en una víctima más de la "gymtimidation".
Clara 25 años
Una chica universitaria
acostumbrada desde que estudiaba en el colegio a realizar deporte, para ella es
una rutina habitual, siempre lo ha hecho rodeada por sus compañeros, tanto
chicos como chicas.
Se ha dado cuenta,
que sus estudios universitarios la han absorbido en demasía y esto ha originado
un pequeño despiste personal, por lo que necesita coger el toro por los cuernos
y enderezar la situación.
Igual que Laura,
decide apuntarse en un gimnasio mixto al lado de su facultad y comenzar el
lunes, es más, para ella esto no le produce ningún rechazo hacerlo, está acostumbrada
a pisar la sala de musculación de su época del instituto...
Pero para su total
sorpresa, desde que hizo su primera repetición de press de banca, sintió la
mirada clavada de dos chicos en la ejecución de dicho ejercicio, y no
precisamente en la barra y los discos. Mejor ya, si eso, no comentamos nada respecto a cuando le tocó
hacer sentadillas...
Desafortunadamente,
tenemos que decir que estos dos casos, no se tratan de acontecimientos de carácter hipotético y aislado: una encuesta publicada por la revista Cosmopolitan Body arroja que casi el 15% de las
mujeres se sentían intimidadas en el gimnasio porque algún varón las observaba
de manera lasciva y descarada mientras entrenaban o simplemente percibían la
sensación de no encajar en el ambiente que rodea un gimnasio convencional.
Si por casualidad te
has sentido, ya sea en parte o totalmente identificada con mencionados casos, a
continuación te gustará saber 3 razones para apuntarte en un gimnasio
exclusivamente para mujeres.
1- Ejercicios
personalizados
Las mujeres tenemos
un metabolismo diferente al de los hombres. “Por cuestiones hormonales y de
anatomía, a la hora de tonificar nosotras debemos trabajar zonas muy específicas que presentan
una mayor flacidez, como la cara interna del muslo o la parte inferior de los
brazos. Además, la inmensa mayoría no deseamos muscularnos, solo lograr una
óptima tonificación y endurecimiento muscular.
Los programa de entrenamiento también se ajustan al factor hormonal
femenino y distintas etapas como la ovulación, la menstruación, el embarazo o
la menopausia, que modifican el funcionamiento normal de nuestro metabolismo.
“Estos procesos naturales hacen que las mujeres atraviesen fases de retención
de líquidos, aumento del abdomen o del pecho, agotamiento físico, desánimo,
descolgamiento del suelo pélvico, osteoporosis..
2- Una motivación diferente
Existe otro
componente que también difiere bastante respecto con ellos, que es ni nada más,
ni nada menos que el factor motivacional. “Somos radicalmente distintas a la
hora de ponernos en forma“ Hay un elevado porcentaje de mujeres que lo
hacen porque ven que su cuerpo acusa mucho el paso de los años o simplemente bajo
prescripción médica. Es por ello, que necesitamos un entrenamiento específico
de carácter efectivo, pero siendo muy importante que este sea divertido al mismo tiempo. Además, existe de forma innata en
nosotras el ADN social, no somos tan intransigentes como ellos a la hora de
relacionarnos con personas nuevas fuera de nuestro entorno familiar, de amistad o laboral.
3- Progresión homogénea
Nosotras tenemos una
visión del mundo menos individualista, por lo general creemos mucho en la
importancia del grupo. Hacer deporte entre mujeres puede verse afectado
positivamente en el colectivo como una forma de progresar juntas, en simbiosis
con el grupo... Las
mujeres nos comprendemos mejor entre nosotras, somos más propensas que ellos a
compartir nuestras experiencias e intercambiar trucos para perder peso,
recuperar la silueta y las piernas de antaño, ¡sin celulitis!
"El éxito del
equipo, es el éxito de una misma"
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