¿Y ahora qué?
Verse Bien Sentirse Bien |
Ya llegó el momento de escuchar a tu organismo... Aún más!!
Todavía te sientes activa y tu
cuerpo te sigue pidiendo ejercicio, pero ya no como un potente Ferrari,
sino más bien como un elegante Rolls Royce.
Aunque es cierto, que la crisis en nosotras suele llegar más tarde, en
torno a los 50, relacionada directamente con los trastornos asociados a
la menopausia. En esta nueva etapa
de la vida, existen algunos factores naturales que nos pueden influir de forma
drástica, haciéndonos sentir más vulnerables que nunca. La caída de la producción
de las hormonas impactan directamente sobre nuestro sistema nervioso, que hace
que estemos más sensibles...
Por ejemplo, si te propones
adelgazar, te cuesta mucho más que antes, te esfuerzas más que nunca pero no lo
consigues con la misma facilidad que antes; la grasa comienza a
acumularse cómodamente tanto en caderas
como en abdomen; además, hacen aparición las primeras canas; la piel
comienza a perder su elasticidad y su brillo... Con los 40 llegan los primeros
síntomas y, como dicen algunos especialistas de la salud, el cuerpo se
convierte en un hipotético banco, donde comienza
a imperar la necesidad de retirar paulatinamente los ahorros acumulados durante
toda la juventud.
Por lo tanto, es lógico que a
los 40 también se abra un nuevo capítulo en el apartado deportivo: el del entrenamiento
compensatorio. Si, por ejemplo, te gusta el running, es de vital necesidad
que comiences a realizar ejercicios específicos de fortalecimiento de tu
espalda y de tus rodillas. Busca siempre que tu cuerpo encuentre el equilibrado
proporcional entre la fuerza vs la elasticidad.
No obstante, no nos referimos a
que elimines de forma radical de tu plan de entrenamiento la intensidad; Simplemente, que a partir de ahora, debes ser más selectiva con el
ejercicio intenso, no puede ser la tónica habitual de tus sesiones como lo era
a los 30.
DEPORTE MODERADO, NO EXTREMO
En contra de lo que se piensa
habitualmente, a medida que cumples años el tiempo dedicado al entrenamiento no
tiene que bajar. Si bien es cierto que la intensidad debe ser algo más
moderada, pero el tiempo invertido en ejercicio de los 40 para arriba
es mucho más rentable que a los 20. Así que no caigas en el error de pensar
que con un poco de ejercicio es suficiente; hay que dedicarle el mismo tiempo o
incluso más que en las décadas anteriores.
El calentamiento y la vuelta a
la calma con sus correspondientes estiramientos son mucho más necesarios a
esta edad que hace diez años, así que intégralos en el entrenamiento.
Y si no has hecho mucho deporte
antes, tranquila, no pasa nada, lo bueno
es que todo lo que tienes por delante es nuevo y vas a comprobar cómo te quitas
años con cada semana de entrenamiento. Sé prudente, pero constante, y
admite la posibilidad de recibir el asesoramiento personalizado por parte de una
profesional del deporte.
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