La estrategia ideal para dejar de fumar
"Verse Bien Sentirse Bien" |
Prescripción de ejercicio físico en el tratamiento de deshabituación
del tabaco.
La práctica de una actividad
física con regularidad es una de las estrategias no farmacológicas de bajo
coste que más se utilizan en el tratamiento de rehabilitación para diversas
enfermedades. Asimismo, su práctica
constituye un modo eficaz de combatir los efectos perjudiciales del tabaquismo
sobre la salud. Actualmente, existen estudios que avalan que el ejercicio
físico ayuda a reducir la intensidad de algunos de los síntomas más importantes
a que se enfrenta una persona fumadora cuando intenta abandonar el hábito. No
obstante, los médicos y terapeutas de la salud, por lo general, no son
conscientes de este beneficio y desconocen cómo prescribir el ejercicio de una
forma adecuada. Es por ello, que este post pretende presentar las razones por las que el
ejercicio físico debe contemplarse como un apoyo no farmacológico de utilidad para
combatir los síntomas del tabaquismo y los relacionados con la deshabituación.
Por otro lado, según detalla un
informe de la propia Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SemFYC) el cual, detalla que
dentro de las medidas que los especialistas recomiendan a sus pacientes, el ejercicio físico se impone como una de las
mejores estrategias para abandonar la práctica del cigarrillo, de ahí el
lema de este año de la Semana Sin Humo: Menos cajetilla y más zapatilla. La razón es sencilla,
cuando una persona es sedentaria tiene más tiempo para fumar y menos energía
para realizar cualquier deporte.
¿Por qué la actividad física es
un hábito clave?
En la actualidad, nuestra sociedad
en su gran mayoría es total conocedora de que la actividad física mejora el bienestar
físico en general, ayuda a regular la ansiedad y puede ser muy beneficioso para reducir el impacto
de casi todas las enfermedades crónicas. Asimismo, el propio Comité Nacional para la Prevención del
Tabaquismo (CNPT), explica que hay
estudios que confirman que cuando una persona quiere dejar de fumar, hacer ejercicio físico ayuda, ya que
genera una serie de sustancias como las endorfinas que aumentan el
bienestar para combatir el
síndrome de abstinencia que puede causar el tabaco. De hecho, “el cambio
de hábitos es muy importante, ya que el tabaco tiene una triple dependencia: a
la nicotina, social y psicológica”
¿Qué tipo de ejercicio me conviene?
Lo primordial, antes de nada, es
asumir una estrategia realista por medio
de la consecución progresiva de pequeños retos diarios. Una buena técnica
inicial, sería fijarse un reto a corto
plazo, en conseguir andar 10.000 pasos al día. No obstante, es fundamental mentalizarse
que hay que conseguirlo de manera progresiva pero no menos importante,
es incrementar todos los días, un poquito más que el día anterior (entre un 10
y 20%).
Por tales motivos, antes de aventurarte por tu propia cuenta, debes tener muy presente que el factor
motivacional juega un papel fundamental a la hora de escoger una estrategia con
cierta capacidad de éxito. Otra estrategia, puede ser calcular el gasto mensual
invertido a fondo perdido en tabaco, y este reinvertirlo con plusvalías garantizadas en tu propia salud, contratando los servicios de una entrenadora
personal que defina conjuntamente contigo un plan de actuación tanto a nivel
deportivo, como en el plano nutricional.
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